Si importante es la crianza y alimentación en dehesas y campos de la Retinta, la extraordinaria variedad de sus piezas y sus inigualables aromas, texturas e infiltraciones de grasa; la verdadera clave de su excelencia, del aprovechamiento óptimo de sus características, reside en la maduración.
De este paciente y controlado proceso en cámara (humedad y temperatura) va a depender que podamos apreciar las magníficas bondades de un producto que, como podrás comprobar, nos propone sabores que nada tienen que ver con el de otras razas.
En los restaurantes de la Comarca de La Janda contamos con excelentes y prestigiosos maestros de la elaboración y maduración de la Retinta.