En las entrañas del Parque Natural de Los Alcornocales se esconden algunos de los sabores más potentes e intensos de la gastronomía comarcal, derivados de la carne de caza mayor. Sabores que siempre han acompañado la cocina tradicional, mostrando la cara más potente y ‘salvaje’ de este paisaje de árboles centenarios y descorches.
Bocados (ciervos, jabalíes, corzos y gamos) impregnados de esos ricos e inconfundibles matices que le imprime un paisaje de bellotas y pastos verdes, en el que estas bellas especies conviven en plena libertad, presentado una carne baja en grasas, exquisita al paladar y muy saludable.
Piezas, todas, muy valoradas y mimadas por los restaurantes de la comarca, que buscan transmitir las excelencias de carnes que derivan en platos tan sugerentes y sabrosos como ‘Corzo en salsa de moras silvestres’, ‘Venado con níscalos’, ‘Canelones de venado’ o ‘Filetes de venado al ajillo’.
La carne de Caza Mayor en La JandaCárnicas El Alcázar
CÁRNICAS EL ALCÁZAR
Regentada por Isaac Ortega Rubio y su hermano Daniel, ‘Alcázar, industrias cárnicas’ es la empresa de referencia en La Janda , la provincia y Andalucía en la comercialización de carne de caza mayor.
Así es la carne de Caza Mayor
Basta con que veas/visites el entorno natural en el que viven, el Parque Natural de los Alcornocales, para que tomes consciencia de que te encuentras ante dos de esos grandes productos que hablan de nuestro territorio, del más ‘salvaje’.
Obviamente, os hablamos de los productos de caza mayor, que aquí, en la zona más elevada de nuestra comarca, encuentran refugio al abrigo de un entorno en perfecto equilibrio natural, entre quejigos y alcornoques y ante la atenta mirada de picos como El Picacho.
Fuertes y ágiles, ciervos y jabalíes disfrutan de una vida en libertad y una alimentación óptima, dando vida con sus exquisitas y singulares carnes a un gran número de elaboraciones, la gran mayoría guisos de sabores intensos, de esos de ‘toma pan y moja’.
Gracias a los sistemas de conservación de empresas como ‘Alcázar, industrias cárnicas’, se puede disfrutar de ambos productos todo el año, si bien es cierto que el pulso se acelera en las cocinas de la comarca cuando se abre la veda en otoño.