El descanso almadrabero

El río Barbate, eje vertebrador de la comarca de la Janda, ofrece unas estampas de gran belleza en muchos de los rincones por los que discurre, pero a su llegada a Barbate y antes de abrazar al Atlántico, muestra una destellante imagen en los meses de otoño e invierno cuando da cobijo, descanso y dormidera a la flota almadrabera de Barbate. Junto a la Antigua Lonja, a modo de gran barco, se cobijan las embarcaciones del laberinto de los Atunes.

La sombra de la antigua torre

Mucho más antigua que la batalla que lleva su nombre es la sombra de la antigua torre que, tras siglos de protección de las pesquerías del Duque de Medina Sidonia, dio su piel y sus huesos, a modo de piedras y sillares, al imponente faro que desde 1862 guía los designios de un cabo legendario desde el que guiña entre tempestades y temporales de viento a cuantas embarcaciones navegan por su costa.

La Chanca de Zahara y el Palacio de los Atunes

Entre el Atlántico y el Cachón, entre el mar y el río, la Chanca fue levantada y concebida como industria, fortaleza y residencia ligada a la vida en torno a las almadrabas de Zahara. Torre- Catillo, almacenes de utensilios y artes de pesca, saladeros y dependencias residenciales en un conjunto arquitectónico tan complejo y diverso como necesario para el histórico y ancestral arte de pesca desarrollado en nuestras costas, La Almadraba.

La ermita de San Ambrosio, un oasis de curiosidades

Del siglo VII es uno de los vestigios visigodos más relevantes de la comarca de La Janda junto a la ermita de los Santos Mártires de Medina Sidonia. Fue construida sobre lo que fue una antigua villa romana de la que se aprovecharon muchos de sus materiales. Consagrada en el año 644 por el obispo Pimenio con las reliquias de los mártires Felix, Vicente y Julián. Destacan el escudo eclesiástico del obispo asidonense Pedro Fernández de Solís, así como varias columnas y capiteles de diversos estilos arquitectónicos.

El Palomar de la Breña

Entre pinares y dunas de arena, una hacienda agropecuaria del siglo XVIII nos ofrece la posibilidad de conocer y visitar uno de los palomares más grandes de Europa, albergando en torno a 7.700 nichos cerámicos para alrededor de 5.000 parejas de palomas que eran criadas para aprovechar la palomina o estiércol como abono para los campos. Un palomar que asoma entre los pinares mirando de reojo al campo y al mar.

La Lonja vieja

Diseñado por Casto Fernández-Shaw a modo de 'mascarón de proa' de un barco, la Lonja Vieja fue el centro neurálgico de la vida pesquera de un Barbate floreciente en los años 40 del siglo XX, hasta que en los años 60 se le dio la espalda para focalizar la actividad pesquera en el nuevo puerto y lonja de la Albufera. Es el único edificio de la comarca de La Janda, y uno de los pocos de la provincia, representativos del movimiento moderno en España e incluido en el registro ibérico de la organización internacional DOCOMOMO.