Se trata de una de esas pastelerías de siempre de Medina Sidonia, un obrador de producción artesanal con solera, situado en la Calle San Juan y que ha endulzado el día a día de Medina y su gente, así como de todos aquellos visitantes que pisaran suelo asidonense. Al frente de la misma May, María Jesús Macías Castellano, la maestra pastelera y nieta de su fundador, “Paquito Macías” quien allá por 1918 abriera su primer  obrador en la Calle San Agustín., en “la Casa de las cuatro esquinas”. En los inicios de esta empresa familiar la actividad se centraba en la elaboración de pan, algo de bollería y los tradicionales alfajores y amarguillos de Medina.

No será hasta 1949 cuando el negocio familiar se traslada a la actual ubicación y desde entonces los vaivenes de la vida hacen que, quien se había centrado básicamente en la venta de los dulces y la repostería que se elaboraba en el obrador familiar tomara las riendas de un negocio que, como otros tantos, se vio mermado por la crisis de principios del siglo XXI. Como dice May, “fue la propia situación de necesidad del momento la que me empujó a tirar para adelante, a poner en marcha toda la maquinaría y a desarrollar todos los conocimientos que había adquirido de la familia a lo largo de los años y a crear cosas nuevas”. 

Es así como en 2007 May comienza a elaborar sus dulces y en 2012 se hace directamente cargo de esta tradicional confitería asidonense, una mezcla de tradición e innovación, ya que usa sus conocimientos de la respostería tradicional para elaborar los productos de siempre y crear nuevos productos, algunos de los cuales se están convirtiendo en seña de identidad de esta pastelería, como es el caso de “las castellanas”, una rica tortita con base fina de hojaldre y almendras en distintos sabores, una novedad llamada a convertirse en tradición.

Sigue siendo un obrador familiar ya que en él convergen la tercera y cuarta generación de una saga de asidonenses que han dedicado sus vidas a endulzar la de todo aquel que pasa por Medina. May comparte el obrador y sus labores con sus hijos y esposo, que a modo de perfecto engranaje humano elaboran con las recetas familiares de siempre dulces frescos y los tradicionales alfajores, amarguillos y tortas pardas de Medina. 

El producto estrella es el alfajor, el alfajor de Medina, con los ingredientes y la elaboración de siempre, desde que se conoce. Del mismo modo se elaboran el resto de dulces tradicionales de Medina como son los amarguillos y las tortas pardas, pero además este obrador ha creado su propia gama de dulces y tortas que empiezan adquirir mucho prestigio y popularidad como las anteriormente mencionadas “castellanas”, las pastas de alfajor, el turrón de alfajor, el alfajor de pistacho, los mini mantecados, lo mini alfajores o el semifrío de alfajor, con todos ,lo ingredientes de un alfajor y que más que un dulce podría considerarse un postre al servirse y consumirse frío.

Se trata de uno de esos altares de obligada visita para todos aquellos que visitan el pueblo y quieren llevarse el mejor de los recuerdos, el sabor y el aroma de la repostería y el dulce de Medina.