Piñones La Breña es una empresa familiar que desde hace más de tres décadas han dedicado sus vidas a la piña, particularmente a la piña y los piñones del Parque Natural de La Breña y Marismas del Barbate. 

Antonio Rodríguez García, segunda generación en este proyecto, es quien impulsó hace unos años la comercialización de los piñones de La Breña. Junto a su esposa Ana, Antonio dirige, con la ilusión y pasión que le inculcó su padre, la empresa concesionaria de la explotación de las piñas del Parque Natural de la Breña.

Piñones La Breña comercializa un producto local, natural, un piñón de una excelente calidad y sin ningún tipo de conservante ni aditivo. Tan natural que el propio proceso de envasado y etiquetado se hace de manera manual. 

El piñón de La Breña goza de un excelente prestigio y prueba de ello es que, no solo se ha convertido en un reputado producto usado en la gastronomía y la repostería de los más importantes restaurantes y pastelerías de Andalucía, sino que se comercializa y exporta por toda la geografía española, a restaurantes, heladerías y tiendas gourmet.

Se trata de un piñón inconfundible, de fina cáscara, carnoso y de un extraordinario tamaño que lo hace inconmensurable. Piñones La Breña comercializa el que podríamos considerar el mejor piñón de España, para comer, para acompañar, para condimentar, para disfrutar.

Piñones La Breña comercializa su producto en distintos formatos, tarros y bolsas de varios tamaños, en dos variedades, piñones de primera y de segunda categoría, donde la excelencia está en la homogeneidad del piñón, tanto en su tamaño como en su color o tonalidad. Un piñón grande, carnoso y blanco, sabroso, con un gusto muy particular, sabor a Breña. 

La campaña de recolección arranca cada 1 de noviembre con la misma ilusión de siempre, aunque con la preocupación, cada vez mayor, de una producción que no deja de bajar por la amenaza de la plaga de la “chinche americana”, Leptoglossus occidentalis, la cual afecta directamente a la piñas, así como por el propio cambio climático que también empieza a condicionar la producción anual de piñas en el Parque Natural. 

Del 1 de noviembre al 15 de abril, un equipo formado por entre 40 y 50 personas conforman el engranaje humano encargado de los distintos trabajos y funciones que requieren la recolección de las piñas (recolección, pesado, guardería...).

Otra de las preocupaciones cada año de esta empresa jandeña es la cada vez mayor proliferación del furtivismo, aquellas personas no autorizadas que de manera ilegal recolectan las piñas, aún inmaduras, antes del inicio de la campaña, incluso dos meses antes, “por septiembre ya hay gente en los pinares cogiendo piñas”.

La empresa de Antonio cuenta en cada campaña con una cuarentena de recolectores que con escaleras o pértigas (cañas) se encargan de coger las piñas de La Breña. Se suben a los pinos ayudándose de escaleras, tal y como tradicionalmente se ha venido haciendo, o simplemente usando una caña larga que ellos manejan desde el suelo. Eso sí, con sus correspondientes equipos de seguridad. 

Por lo tanto, podemos decir que el proceso de recolección sigue los mismos, usando métodos y técnicas que se han venido utilizando en el último siglo, manual y con caña, ya que por la producción y las condiciones físicas del Parque Natural de La Breña, un proceso de recolección mecanizado no es el más apropiado.

Se establecen durante la campaña de recolección uno o dos puntos de acopio donde los recolectores trasportan las piñas en sacas. Una vez allí, son pesadas y esparcidas por el suelo para solearse. El calor del sol hace que las piñas se vayan abriendo poco a poco.

El desgranado de las piñas para la obtención de los piñones y la extracción del fruto de la cáscara es el siguiente proceso antes de la selección del producto, el llamado piñón en blanco. Los piñones, siguiendo criterios de peso, tamaño y color, y a través de un proceso informatizado y mecanizado, son seleccionados en piñones de primera y segunda categoría. Una vez seleccionados en sacas de 25 kgs, se envasan y etiquetan de manera manual en tarros y bolsas de distintos tamaño y peso. Y listos para hacer las delicias de los amantes de los sabores auténticos. 

Degustar los piñones de La Breña es un placer para dioses, su textura y sabor te transportan a las arenas de los pinares, a sentir la brisa del mar.