Las técnicas de recolección han ido cambiando con el paso del tiempo, pasando de subir a pulso, haciendo uso de la propia fuerza corporal, al uso de escaleras o ganchos en los pies “trepes”, así como del uso de la caña para hacer caer las piñas, al uso de ganchos.
Una vez recogida la piña y cargadas en sacas, se lleva a la piñera. De la piña se puede aprovechar todo, tanto de la cáscara como del fruto, del piñón en sí. La piña se tuesta para la obtención del fruto y esta fase de horneado también ha variado, pues la piña al calentarse al fuego se abre y deja caer el fruto, el cual hay que volver a tostarlo para quedar apto para el consumo.
La recolección de las piñas tiene un doble objetivo, la lucha de plagas y el rendimiento económico. En la propia acción de la recolección de la piña de La Breña se ha producido una evolución en los últimos tiempos digna de ser reseñada.
Por un lado, en un principio se practicaba lo que se denominaba “Florear la piña” , es como se le llama a la acción de tirar la piña a mano, desde lo alto del pino.
Por otro lado, otra técnica de recolección fue a través del uso de una caña a la que se le colocaba un trozo o taco de hierro en la punta para que le diese solidez y contundencia a la caña y evitar que ésta se quebrase. Con la caña se golpeaba la piña con este taco hasta caer la piña al suelo, evitando la rotura de la propia caña.
Otra de las técnicas es a través de gancho, una especie de gancho con sierra con la que enganchar o tirar de la piña para que pudiese ser cortada de la rama y no resbalase.
El modo de llegar a alcanzar la piña, el fruto deseado, también ha evolucionado. Se comenzó subiendo a los pinos “a pulso”, lo que requería de un gran esfuerzo, en un alarde de fuerza, destreza y maña, para una vez arriba, acceder directamente a las piñas. Se cogía la piña a mano.
Luego empezó a usarse la escalera, las primeras eran de construcción casera y artesanal, aprovechando recursos del medio, como los troncos de las pitas y se cogía a mano o golpeándola con una caña.
Del mismo modo, con la caña, se golpeaba desde abajo cuando era accesible sin mayor altura y con la largura y altura que ofrecía la caña con la punta de hierro.
Después de la escalera empezaron a usarse las “trepes”, una especie de ganchos que colocados en los pies ayudan a trepar y subir a los pinos con gran facilidad, teniendo en cuenta la habilidad y destreza de la persona que ejecuta a la acción.
Hay una doble dimensión , la ecológica con la lucha contra las plagas y la económica al dinamizar el empleo posibilitando una serie de puestos de trabajo y jornales entre las personas participantes en cada una de las recolecciones., en cada una de las temporadas.