Aunque durante siglos las grandes referencias del cocinado del atún oro en La Janda han sido los exquisitos salazones, los potentes escabeches y los sabrosos guisos marineros; la extraordinaria influencia ejercida por la cocina asiática, por la japonesa en particular (gestada por los cocineros de los atuneros que venían a la zona y compartían sus conocimientos con Pepe Melero, del restaurante El Campero), ha proyectado su elaboración hacia horizontes infinitos con el ‘hallazgo’ e incorporación de bocados en crudo o semicrudo (sushi, tartar, tataki, nigiri…)
Universo de elaboraciones que, como podrás comprobar en los establecimientos hosteleros y en las empresas de conservas y salazones de La Janda que han hecho del atún rojo de almadraba su bandera, va desde la milenaria mojama, hasta la conserva de ventresca de atún en aceite, el irrenunciable atún encebollado y el sedoso tartar de atún rojo. Bocados icónicos de fórmulas de cocinado de fronteras ilimitadas.