Nada sería igual en la comarca de La Janda sin él, sin sus aguas, esas que, después de más de 70 kilómetros de recorrido vienen a desembocar en la localidad de la que recibe nombre, Barbate, y en el océano al que alimenta, el Atlántico.
Aguas que tienen su origen a más de 900 metros de altitud, en el canuto de Puerto Oscuro (Sierra del Aljibe), en el corazón del Parque Natural de los Alcornocales, espacio que vertebra y enriquece.
En torno a su cauce, que nace en tierras de Alcalá de los Gazules, transita por Benalup Casas Viejas y muere en Barbate, se desarrolla una extraordinaria vegetación, que se convierte en cobijo de numerosas aves.
Riqueza ornitológica que eleva el tono instantes antes de su desembocadura, dando lugar a una excepcional marisma mareal.
Canastera común, alcaraván, gaviota de audouin, garceta grande y pagaza piquirroja son algunos de los ilustres habitantes de unas marismas que conservan bolsas de agua dulce todo el año, convirtiéndolas en lugar destacado para los amantes de las aves.