Al borde del acantilado se levanta esta torre vigía del último cuarto del siglo XVI, la Torre del Tajo, una construcción circular de más de unos catorce metros de altura concebida para la vigilancia y defensa de la costa de ataques enemigos. Cuyas obras fueron financiadas por el Duque de Medina Sidonia.
Una vez avistado el peligro, a través de señales de humo de día y de fuego de noche se iba avisando del mismo al resto de torres y castillos de alrededor.
Hoy día, junto a otras torres y el faro de Trafalgar se constituye como uno de los lugares de más interés en el Parque Natural de La Breña y marismas del Barbate.