BARBATE
La ermita visigoda de San Ambrosio, en el término municipal de Barbate, fue construida en el siglo VII sobre los restos de una villa romana, reutilizándose parte de sus materiales para levantar la iglesia. Se trata de una de las joyas del patrimonio religioso jandeño, cuya consagración fue el 14 de noviembre de 644, a cargo del obispo Pimenio, quien depositó unas reliquias de los mártires Vicente, Félix y Julián en la base de una columna previamente horadada con el fin de que sirviera de ara. Es coetánea de la Ermita de los Santos Mártires de Medina Sidonia, perteneciendo ambas en su origen a la diócesis asidonense.
La ermita fue objeto de varias reformas desde el periodo visigótico y mudéjar, siendo la más importante la de Pedro Fernández de Solís, obispo de Cádiz en el último cuarto del siglo XV. De esta época datan, por ejemplo, la capilla lateral, los arcos fajones apuntados y la colocación de su propio escudo, algunos de los cuales aún quedan en pie.
Es uno de los más preciados ejemplos de arquitectura de este periodo, una de las pocas basílicas paleocristianas cuya composición está marcada por una nave única y ábside rectangular. Así mismo, destacar existencia de un baptisterio y a la existencia de restos de tumbas de época visigótica le otorga una gran importancia y valor patrimonial como testimonio de un periodo.